Febrero 15, 2020
ROMA
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Durante la construcción del metro de Roma, las excavaciones dejan al descubierto una vieja casona repleta de pinturas murales. Una de ellas representa a una vieja dama de la aristocracia romana, que organiza en su casa unos desfiles de moda muy originales. La película recorre las casas de tolerancia de la época y los espectáculos de la noche romana. Poco después, es Fellini quien recuerda sus años de infancia y adolescencia que evocaban a Julio César y Nerón.
La película es un retrato visionario de la ciudad de Roma armado a través de los recuerdos de un joven de provincia que llega poco antes de la Segunda Guerra mundial. Roma se nos muestra como realidad extravagante y contradictoria a través de una serie de escenas y personajes muy heterogéneos: desde un desfile de moda eclesiástica a la recreación de los prostíbulos, desde los enfrentamientos con la policía hasta un embotellamiento en la autopista, con un estilo que pasa de la remembranza a la sátira, de la nostalgia a lo truculento sin una trama propiamente establecida. Entre las diversas escenas no existe nexo narrativo alguno, sólo la memoria y la voluntad de recuerdo del director.
Roma, de la mano de uno de sus ciudadanos más reconocidos, el cineasta Federico Fellini. Mezcla la autobiografía, a través de una curiosa reconstrucción de la Roma de los últimos años de Fellini, con escenas de la vida romana de aquel entonces a medio camino entre la realidad y la ficción. El joven Fellini, interpretado por Peter Gonzales, se mueve en un bloque de viviendas y explora los caracteres salvajes que viven en su barrio. Segmentos de la historia de Roma y los problemas en el gobierno, incluyendo un discurso improvisado de Gore Vidal, un burdel, una psicodélica sala de música, un cine y una delirante reunión de clérigos serán algunos de los surrealistas espacios que visitamos en Roma.