Febrero 15, 2016
UNA SIMPLE FORMALIDAD
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En una noche tormentosa se observa una pistola y un disparo. Alguien corre bajo la lluvia torrencial. Un hombre es detenido por la policía y llevado a una comisaria. No lleva papeles, está completamente empapado. Es un sujeto grande y pesado. Se muestra hosco y agresivo. Agrede a un mozo al que le arroja en el rostro la leche caliente que le ha llevado y es sometido por varios policías a uno de ellos le muerde una mano, hasta que llega el comisario, hombre de baja estatura que empieza a interrogarlo. Le han negado el teléfono. Finalmente cuando el comisario se lo permite, no hay línea debido a la lluvia. El hombre dice ser Onoff, afamado escritor que lleva un buen tiempo sin escribir un libro y autor de libros tan populares como: Geometría, Escaleras, o El palacio de las nueve fronteras. El comisario no le cree y le recita una larga frase de un libro de Onoff, que el autor no reconoce en ese momento y resulta que el comisario es un gran admirador suyo. Ello le granjea un trato especial por parte de toda la comisaría. El comisario hace que le llevan ropa y zapatos secos. En un baño donde se cambia, Onoff descubre que ha hecho algo que no recuerda, pero que ha dejado su huella en sus manos y en su ropa: tiene manchas de sangre. De inmediato intenta deshacerse de la evidencia, lo cual consigue al tragarse parte de la camisa que está manchada con sangre. A pesar de la simpatía del comisario, el interrogatorio continúa, sólo que esta vez el comisario intenta hacerlo con menos presión. Sin embargo, la situación se va volviendo de nuevo violenta. Los recuerdos parecen aflorar en el escritor pero existe mucha confusión en su mente, además es sospechoso de haber cometido un asesinato en esa noche lluviosa. Su declaración confusa y cambiante parece confirmarlo. Gracias a una serie de fotografías Onoff comprenderá dónde se encuentra y que ha sucedido realmente.