Julio 28, 2015
METAL Y HUESO
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En el norte de Francia, Ali, un hombre corpulento, sin trabajo, sin hogar y sin dinero, se ve en la necesidad de hacerse cargo de Sam, su hijo de cinco años al que apenas conoce. Viaja en tren con él, roba comida, sustrae las sobras del comedor para sobrevivir y llega a la comuna francesa de Antibes en la zona de Provenza-Alpes-Costa Azul, a casa de su hermana Anna, quien le da habitación y acoge al pequeño. Ali consigue un empleo de guardia en una discoteca y ahí conoce a Stéphanie involucrada en una pelea en el club. Ali la lleva a su casa y le deja su número de teléfono. Ella mantiene una relación ya en decadencia y se dedica a entrenar orcas y delfines en un acuario donde brindan espectáculos para turistas. Ali y Stéphanie parecen estar en mundos opuestos. Él, es un sujeto hosco, desarraigado, insensible en apariencia, violento y proclive a las peleas y el sexo fácil. Ella, una mujer hermosa y muy atractiva con enorme carisma y muy sociable. Sin embargo, cuando uno de los shows termina en tragedia y Stéphanie perderá ambas piernas hasta las rodillas, el destino volverá a unirlos. Él, sin compasión ni lástima tratará de ayudarla, ella recuperará las ganas de vivir e iniciarán una extraña e intensa relación. Ali, después de tener problemas en una fábrica como vigilante, se involucrará en un negocio lucrativo: peleas callejeras clandestinas y Stéphanie que iniciará una terapia con unas nuevas prótesis se convertirá en su representante. Al final Ali vivirá una traumática experiencia al lado de su pequeño hijo en unas vacaciones en un lago helado. Sólo hasta que los huesos de ambos se hagan trizas es que tanto Ali como Stéphanie encontrarán la razón de sus existencias.