Febrero 25, 2014
EN LA CASA
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Un nuevo año escolar inicia. Germain, profesor de francés junto con los demás maestros del Liceo Gustave Flaubert reciben la noticia de que uniformarán a los alumnos y que a su vez, se pretende implementar una suerte de metodología piloto para fomentar el interés por la educación en los jóvenes. Germain fastidiado de la ignorancia y la falta de interés que año tras año muestran sus estudiantes, corrige molesto sus tareas y se queja una vez más con Jeanne, su mujer, quien se dedica a administrar una galería de arte moderno, La cueva del Minotauro. Según Germain, de lo único que saben escribir sus alumnos es de televisión, pizzas, fines de semana aburridos y celulares.
Sin embargo, para su sorpresa y de su mujer, un jovencito, Claude García, que prefiere sentarse de manera discreta en la última fila, “desde donde es posible ver a todos sin que nadie lo vea”’, demuestra tener un acucioso sentido de la observación, ironía, sutileza y talento para escribir, al redactar su fin de semana en casa de otro compañero: Rapha Artol, y la impresión que Esther, la madre de éste, causa en Claude. Germain alienta al chico para que escriba una suerte de novela por entregas sobre sus descubrimientos y sensaciones en la casa de los Artol, una familia normal perteneciente a la pequeña burguesía, con sus esperanzas y frustraciones, muy alejada de Claude quien vive en un pequeño departamento a las afueras de París con su padre inválido, una vida también muy opuesta a la de Germain y Jeanne, matrimonio de intelectuales pequeñoburgueses y sin hijos: él, escritor frustrado autor de una novela sin éxito y ella desesperada por tener un éxito comercial con la galería, que estrena nuevas dueñas que la han heredado, unas gemelas a las que no les interesa mucho el arte.