Junio 25, 2013
HADEWIJCH
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Céline, hija de un pudiente diplomático y una madre distante, es una joven novicia veinteañera que decide rebautizarse como Hadewijch, nombre religioso que toma en honor de una monja, mística y poetisa del medievo. Céline confunde la abstinencia con el martirio, como lo muestran sus constantes actos de auto penitencia. Debido a su excesivo amor por Cristo y al verla entregada a una fe ciega y a un fervor desmedido, la Madre Superiora, le obliga a abandonar el convento donde vive confinada y decide regresarla a la sociedad secular con la esperanza de que logre encontrar su “verdadero yo”. De vuelta en París, Hadewijch vuelve a ser Céline, quien se ha tomado muy en serio su intención de convertirse en esposa de Dios. Para ella, Cristo es el amante ausente y se ha mantenido virgen para servirle. Es entonces cuando conoce a dos hermanos musulmanes que habitan en las afueras de París: Yassine, un jovencito impulsivo al que le gusta enfrentar a la autoridad y Nassir, el mayor, quien dirige un grupo de estudio de fe islámica, mismo que terminará por definir el sacrificio amoroso de Hadewijch, cuya rabia interior y crisis existencial, la conducirán por caminos peligrosos, ya que Nassir es en realidad un terrorista que encuentra en ella a la persona ideal para llevar a cabo sus teorías de fanatismo extremo. Así, la historia sigue a Hadewijch a lo largo de su viaje más allá de los muros del convento en su búsqueda de la gracia divina y el encuentro con Dios, de la manera que sea.